Desde hace unos años este ha sido el título que acompaña mi tarea. Espontáneamente comenzó a suceder.

Gracias a mi experiencia personal, naturalmente me toca estar acompañando esta hermosa y poderosa tarea.

Mujeres con o sin útero, menstruantes o no.  Es “ahí” donde se abre la sabiduría y la medicina de cada una.

Hay muchas maneras de acceder a esta memoria, no hay una sola. He hecho muchas y todas me han nutrido.
La sensación y reacción que cada mujer vive cuando llega a ese espacio tan poderoso es la misma:

“Llegué a casa. Llegué a mí”

Amo esta tarea.

Lo digo y lo repito: hasta que cada mujer de esta Tierra no viva su sexualidad, su sangre, su cuerpo entero de forma salvaje y sabia, la tarea no está terminada.
En esta energía sexual, creativa y poderosa donde se concentra el potencial para dar la Vida. La propia (la vida que quieres vivir), hijos humanos como hijos creativos.
Algo que se descubre en el camino, es que se comprende por qué a esta parte de nosotras mismas se fue negada y se la llenaron de connotaciones negativas, de culpa, abusos, etc.
Es aquí donde se encuentra un pedazo de la energía que habita en toda la fertilidad de Tierra:

la capacidad de vaciar, sembrar, exitarse, gestar, disfrutar, parir, morir y reciclarlo todo.

Si quieres que te acompañe…